Por : Pablo Bermúdez
Estoy seguro que todos hemos sido expuestos alguna vez en nuestra carrera laboral a alguna intranet corporativa. Debo confesar, que con pocas excepciones, las intranets que me hanS tocado ver, tanto como usuario final como en el caso de muchos clientes, tienden a transformarse en verdaderos «pueblos fantasma».
En un mundo cada vez más social y más móvil, las intranets tradicionales se están haciendo lentas, pesadas, obsoletas y de difícil acceso, pues fueron pensadas para un mundo que las está dejando atrás, un mundo en el que todos vivimos en base a posts, tuits, comentarios, chats, mensajes, SMS, donde consumimos enormes volúmenes de información empaquetados en pequeños paradigmas de contenido y formato variado.
La gran elasticidad de nuestro cerebro está permitiendo que consumamos y procesemos toda esta información mucho más rápido que antes (por ejemplo en el siglo XX), y aún más, que se nos haga costumbre. Al salir del trabajo y finalmente llegar a casa, llevamos con nosotros esa insaciable sed de información y seguimos consumiendo pantalla, ya no solo una sino dos o más. La TV nos parece muy lenta, muy siglo XX y rápidamente echamos mano de nuestro iPad o Smartphone para entrar a ver qué pasa en Facebook, Twitter, Linkedin, Instagram, Pinterest o Tumblr.
¡Otros más adictos a la información aún siguen leyendo mails en sus camas!
Lo mismo le está sucediendo a las intranets, están perdiendo vigencia, utilidad, practicidad, uso. Pero viene al rescate un nuevo tipo de intranet a la que llamaremos la «intranet social». Es aquella que en lugar de combatir un fenómeno mundial como las redes sociales, las abraza y las lleva a la red corporativa.
Existen muchas soluciones de este tipo, siendo la más popular y simple de implementar Yammer (ahora de Microsoft). La usamos en nuestra empresa y estamos asesorando a un gran cliente en el mejor uso de su infraestructura de Yammer para 1200 usuarios.
Yammer no se reconoce a sí mismo como una intranet, es una «Enterprise Social Network» o «Red Social Empresarial» y creo que el epíteto es correcto. Como experiencia, nosotros en la compañía tenemos SharePoint, también de Microsoft, y si bien la usamos, fue con el uso de Yammer que explotó la sociabilidad, la colaboración, la espontaneidad y el uso profesional de la intranet.
La gente de la oficina, de forma sumamente intuitiva, creó sus perfiles, sus grupos de trabajo, sube, baja y comparte sus archivos, conversa, le da «like» a los contenidos de sus compañeros y comenta los posts que se hacen de forma absolutamente natural.
Pero la pregunta del millón es… ¿Sucedería lo mismo en cualquier otra empresa que adopte Yammer o alguna otra «Red Social Empresarial»? ¿Será nuestro uso diario de Facebook la mejor garantía del buen uso y aprovechamiento de Yammer?
Creo que no, o al menos no completamente. Hay un factor fundamental al que he hecho referencia muchas veces. Antes de pensar en instalar Yammer a diestra y siniestra debemos preguntarnos si respiramos una cultura social, si somos como empresa un verdadero «Social Enterprise» o «Social Business».
Estas son las preguntas que creo toda empresa de ésta, la segunda década del siglo XXI, debe hacerse:
- ¿Está la información corporativa diseñada de tal forma que esté verdaderamente al servicio de las personas? ¿O son las personas las que están al servicio de la información?
- ¿Explotamos al máximo la información y el conocimiento global?
- ¿Son nuestros procesos facilitadores del crecimiento, la innovación y el desarrollo o más bien mecanismos de control que hacen a la empresa más pesada y menos ágil?
- ¿Le brindamos a nuestra gente información idónea, útil y oportuna a través de nuestra intranet u otros canales?
- ¿Es fácil e intuitiva la experiencia de ubicar la información y compartirla?
- ¿Cultivamos una cultura de colaboración, co-innovación y desafío permanente del status quo?
- ¿Hemos entrado en nuestra zona de confort en cuanto que subestimamos el enorme poder de la revolución social media y la despreciamos sin apenas conocer su impacto en las personas y empresas?
La intranet es el núcleo tecnológico que une a la empresa. Me cuesta pensar que existan empresas que no cuenten con una, pero como todo, hay que hacerlas crecer, transformarlas y adecuarlas a la realidad. Hoy somos más sociales que nunca gracias a la tecnología, una tecnología que ha dejado de serlo para transformarse en un estilo de vida.
Todos somos, unos más otros menos, «cybercriaturas» que extrapolamos y «tercerizamos» en la nube o en nuestros gadgets funciones que antes debíamos asignarle exclusivamente a nuestra mente:
- Nuestro trabajo reside en laptops o la nube
- Nuestra memoria se almacena en fotos digitales y números de teléfono que archivamos en algún gadget
- Tomamos decisiones a diario en base a información digital
- Nos informamos digitalmente
- Mantenemos relaciones digitalmente
- Hacemos transacciones digitalmente
- Nos divertimos digitalmente
Recuérdalo. Si no explotas al máximo y apalancas el desarrollo de tu empresa a la «Revolución de lo Social» este verdadero «tsunami» podrá ser aprovechado por tu competencia para sacarte del mercado… antes de que te des cuenta (es más, puede que ya te esté sucediendo).
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