Aprende a desaprender… La Sociedad de la Información no te va a esperar

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La»Revolución Social Media» lo está cambiando todo, la forma en que trabajamos, nos informamos, estudiamos, mantenemos relaciones, nos divertimos, compartimos vivencias, innovamos, en fin, vivimos… Ciertamente, vivimos en una era nueva, diferente, única, donde el cambio constante es la nueva dinámica, donde lo digital y lo social están transformando disruptivamente el mundo a ritmos nuevos, más acelerados, indetenibles.

Algunos líderes de empresas y gobiernos, más visionarios, están logrando tener la flexibilidad mental para identificar cómo, dónde y porqué se están dando estos cambios, sin embargo, siento decir que son los menos… La gran mayoría de empresarios y líderes de gobierno aún no parecen haberse dado cuenta de que vivimos en una nueva era, que estamos viviendo casi a la mitad de la segunda década del siglo XXI, que las reglas de juego con las que fueron exitosos en el siglo XX en muchos casos han dejado de ser válidas en el siglo XXI, que el ritmo del cambio se ha acelerado, que este nuevo ritmo de cambio se fundamenta en la globalización, la sociedad de la información, las redes sociales y la comoditización de la tecnología.

El problema no es tecnológico, no es técnico, no es un problema para el área de sistemas, no tiene que ver con cuán conectados estamos, es sobretodo un problema mental, un problema de puntos de vista, de percepción de la realidad, de falta de visión para entender lo que se cae de maduro. Las empresas que no se han subido a la ola de la revolución social media no lo han hecho, en la mayoría de casos, por un problema de miopía corporativa: Los líderes empresariales y de gobierno no logran entender lo que está ocurriendo en su entorno, menos aún cómo sacarle provecho a estas nuevas reglas de juego.

Sus directivos parecen no poder leer los signos de los tiempos. Todo a nuestro alrededor “grita” que todo está cambiando, que las reglas por las que nos regimos ahora se fundamentan en una economía globalizada potenciada por las plataformas digitales y sin embargo, estos líderes empresariales y de gobierno, parecen estar luchando para que el status quo del siglo XX sobreviva, parecen quererlo estirar el “así lo hemos hecho siempre” lo más posible hasta bien entrados en este nuevo milenio. Se sienten cómodos funcionando bajo paradigmas obsoletos, lo nuevo los reta y atemoriza, no se sienten preparados para una sociedad que los ha dejado de lado. Lo irónico es que mientras tanto, todo el universo a su alrededor cambia, muta, evoluciona mientras que ellos, con una terquedad inusitada, tratan de que las cosas sigan “business as usual”.

De este modo, vemos a grandes, medianas y hasta pequeñas empresas, que pecan de soberbia, de falta de visión y hasta de ignorancia cuando desprecian una revolución digital que está ocurriendo a todo su alrededor, que está cambiando cada forma de gobierno, cada mercado, cada industria, incluso a cada persona. ¡Ni qué decir de las generaciones Y y Z!

Esta revolución es considerada por muchos expertos como una de las más importantes de la historia de la humanidad.

No es un simple tema de geeks, gadgets y millennials, ¡Son los síntomas reales de que hemos cambiado de era! Quedaron atrás la primera, la segunda y la tercera revolución industrial.

El Dr. Thomas W. Malone, director del MIT Sloan School of Management y del MIT Center for Collective Intelligence compara a la revolución social media tanto con la revolución democrática norteamericana de 1776 como la revolución francesa de 1789.

No puedo estar más de acuerdo con el Dr. Sloan cuando dice que:

“Estamos en las primeras etapas de una revolución – una revolución en los negocios – que será últimamente tan importante como lo fue la revolución democrática en los gobiernos. Como la revolución democrática, la revolución en los negocios nos llevará a una transformación en la forma en que pensamos con respecto al control: ¿De dónde emana el poder? ¿Quién debería tener el control? ¿Quién es responsable?»

En una era de hiper-conectividad social y móvil, toda empresa debería ser capaz de identificar hacia adónde se mueve la sociedad, detectando oportunidades para conquistar nuevos territorios, para deleitar a nuestros clientes liderando en base a un compromiso absoluto con nuestros clientes (tanto internos como externos) mientras a la vez, hacemos del mundo un mejor lugar para vivir.

En efecto, rigen nuevas reglas de juego también para las empresas… ¿pero cuáles son estas reglas?

Las nuevas reglas de juego para las empresas en la sociedad de la información son:

  1. Vivimos en una era de inteligencia colectiva. Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido los seres humanos acceso a tanta información de forma tan sencilla y económica. Debemos desarrollar un cultura corporativa que se apalanque y domine prácticas y técnicas de crowdsourcing, donde aprendamos que la innovación es también un proceso exógeno.
  2. El tema hoy entonces, no es sin tenemos acceso a la información, es sobretodo si ésta se transforma o no en conocimiento e innovación. Todas las empresas y los gobiernos están en esta era obligados a innovar. La aceleración que vemos en la dinámica de negocios global se basa, fundamentalmente en que el ritmo de la innovación se ha acelerado.
  3. El ritmo de aceleración en la innovación nos obliga a nosotros como personas y a los líderes empresariales y de gobierno que deben «aprender a desaprender”. Sus más grandes taras son sus propios paradigmas mentales que les hacen ver el mundo como un mundo que ya fue, no como el mundo que es hoy.
  4. La innovación debe formar parte del ADN de toda empresa, de toda nación, de todo profesional. La innovación además nunca ha sido tan sencilla como hoy. Nunca en la historia de la humanidad el hombre ha tenido acceso tan veloz e instantáneo a tantas fuentes de información, a tantos recursos, al know how y la opinión de tantos profesionales, de tantos centros de investigación, a tantos libros.
  5. Las tecnologías de la información han dejado de ser tecnología para transformarse en un commodity. Cualquier empresa, pequeña o grande, en casi todo el mundo, puede acceder a tecnología de punta y contratar vastos recursos de procesamiento o almacenamiento. No es entonces la tecnología lo que diferencia a pobres de ricos (como solía ser en el pasado) es simplemente la falta de visión de los líderes empresariales y de gobierno para explotar la tecnología que está a nuestra disposición a un clic de distancia.

Abre los ojos, tómate un tiempo para cuestionarte a profundidad si tu paradigma mental del mundo se quedó anclado en el siglo XX. Aprende a desaprender, vacía el vaso, solo de ese modo lo podrás llenar con una visión fresca, coherente y real de cómo funciona el mundo en esta, la segunda década del siglo XXI.

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Pablo Bermúdez
Pablo Bermúdez es CEO de Hashtag, una de las principales agencias de marketing digital en el Perú. Cuenta con 25 años de experiencia desarrollando soluciones web para importantes empresas y entidades públicas. Es Director Comercial de Resultics Perú y Profesor de Marketing Digital en la Universidad Peruana de Ciencias (UPC)

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