En los años que llevo en Hashtag he repetido muchas veces esta pregunta a los community managers más jóvenes antes de iniciar la revisión interna de un reporte mensual de redes que han elaborado para alguna de sus marcas.
– ¿Para quién es el reporte?
¡Para el cliente!
– No.
¿Para la agencia?
– No.
¿Para mí?
– Bingo.
Y mi siguiente pregunta es: ¿Por qué?
Me gusta esta pregunta porque nos permite iniciar una interesante conversación acerca de los “numeritos” significativos y su real valor para el desarrollo de una marca en un momento dado de su crecimiento. Y a través de ello, empezamos a apreciar nuestro propio aporte como responsables de dichas redes.
Empezamos a ver el reporte como un tesoro que nos revela fantásticos insights acerca de nuestra comunidad, plataformas, mensajes, marca y nuestro trabajo diario, más allá de su útil función documental de trabajo y dicho sea de paso, tan laborioso y demandante de hacer si se manejan muchas redes.
Ya luego vienen otras preguntas de rigor:
¿Oye…y para qué mides todo eso?
¿Y eso cómo se relaciona con los objetivos de negocio del cliente?
¿Y cómo nos va respecto a la competencia?
¿A quiénes hemos impactado este mes? ¿Cómo reaccionaron?
¿Y cómo mide la plataforma ese indicador?
¿Cuánto del resultado fue orgánico y pagado?
¿Cómo están funcionando nuestras líneas de contenido?
Y muchas otras más
Profundizamos en detalle lo hay detrás de todas esas preguntas para dimensionar la data en su contexto, identificar áreas de oportunidad y destacar las gemas valiosas que serán los ingredientes para el desarrollo de un mejor trabajo en el siguiente mes. Obtenemos respuestas y nuevas soluciones.
En un mundo tan abarrotado de “data” y que lo seguirá siendo con su gigantesco crecimiento hacia la nueva realidad denominada “big data”, hay también una creciente necesidad de potenciar nuestra capacidad de análisis y lo más valioso, sintetizarla para siempre estar monitoreando y midiendo esos 2 o 3 “KPIs” que como dice el principio de Pareto, generarán el 80% de nuestros resultados.
Tal vez en las futuras revisiones de reporte mensual me anime a cambiar mi pregunta inicial a “¿Y para qué sirve tu reporte?” a ver qué pasa.
Uno nunca sabe lo que podría descubrir detrás de una simple e inocente pregunta, en un mundo cada vez más complejo.
Miguel Higa
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