A poco menos que se cumplan 20 años desde que AIBO fue presentado al Mundo (1998). AIBO vuelve, más humanizado que nunca y a los ojos de todos, pero en todo este tiempo, ¿qué ha aprendido Sony para decidir lanzar una nueva versión de AIBO? Pues, ahora podrá desarrollar su propia personalidad con ayuda de otros AIBO.
“No solo actúa, sino que este can también observa y aprende” (Mendiola, elpaís.com)
Su capacidad de aprender por sí mismo está enlazada con el proyecto AIBOS, una nube de datos donde todos los perrunos amigos de Sony aprenderán con otros colegas a cómo mover mejor la colita y entender mejor a sus seres humanos, ¿Acaso no es tierno?
Con un costo de 1,750 dólares (un poco menor que su antecesor), AIBO promete ser “el juguete” del año en Japón del 2018 y seguramente se hablará de sus capacidades en los siguientes meses, ya sea virales, o más noticias respecto a ellos.
Aunque en su última versión del 2006, AIBO fue dotado de los mejores mecanismos para que sea lo más empático posible, puede que en esta nueva versión su AI comprenda el mundo tan interconectado que tenemos y hasta sea posible que más adelante AIBO te haga un stalking sin que lo sepas o él mismo sea quien le de like a tus fotos de Facebook cuando te vea contento. ¿Por qué no?
Sobre la inteligencia y las emociones encontradas
Pero, ¿qué hay de las emociones?, se podría decir que a comparación de nuestro progreso tecnológico, en nuestras relaciones humanas no estamos todavía ni superando los mismos conflictos que cargamos durante miles de años con nuestros semejantes y con nuestro entorno. Ese papel que tiene la inteligencia emocional de poder entender y llegar a comprender cómo andan y cómo están los otros, es una característica de la inteligencia emocional y se le conoce también como empatía y puede ser beneficiosa para unos (aunque para otros no tanto)
La inteligencia emocional no es tan guay como te la han vendido
AIBO plantea aprender de todas esas experiencias para crear mejores respuestas para que sus dueños se sientan bien con él, pero ¿tendrá un límite ese conocimiento que alojará en la nube? ¿Acaso supondrá que en su objetivo de tratar de entender y mejorar sus reacciones, decida por su cuenta y en conjunto a los otros AIBO que es mejor no tratar más con los humanos? En ese caso, mucha gente podría estar de acuerdo, pero sin lugar a dudas llegaran noticias sobre lo que andan tramando estos nuevos robots perrunos en aquella nube privilegiadas de conocimientos que tendrán.
Parafraseando un poco, la capacidad de comparar hechos pasados establecer conexiones arbitrarias pero con significados para luego proyectarlo a través de emociones es considerada un grado de inteligencia importante. Por lo menos, de la forma como entendemos y conocemos la inteligencia. Luego, abstraer lo aprendido y ponerlo en práctica, es una forma de verificar la conciencia de un individuo. Guardar y compartir lo aprendido genera el conocimiento, el conocimiento es debatido y verificado varias veces como este artículo mientras estaba siendo escrito.
¿Llegaremos a entendernos mejor, cuando una inteligencia mayor nos entienda a nosotros? ¿Es quizá lo más cercano a lo que hemos buscado tanto?
Para AIBO, esas preguntas no le tienen cuidado, pues ha sido creado para ser amistoso, hábil y juguetón. Solo que ahora, vendrá con una especie de conciencia colectiva perruna sin que nos demos cuenta, nos estarán observando. J
Fuentes: Historia viva de Internet/ El reto de la inteligencia artificial/ Vuelve Aibo, el perro robótico de Sony, que ahora comparte emociones con sus dueños/ ¿Los bots tienen Inteligencia Emocional?
José Luis Oviedo
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