Recuerdo cuando veía el programa de Cesar Millan por Animal Planet, allá por el año 2008, me encantaba, e intentaba seguir todos sus consejos con mi mascota. Los busqué en internet y me suscribí a su boletín, me llegaba cada mes a mi correo. Fue de las primeras cuentas que seguí en Facebook. En el año 2013 vi un comercial sobre Cesar Millan en televisión nacional, vendría a Lima a dar una charla sobre crianza de perros. De repente mis amigos empezaron a hablar de él y de sus buenos consejos, que ellos también veían en programa porque él realmente era el Encantador de perros. Hoy me doy cuenta que él fue el primer “influencer” al que se seguí que no era actor, ni cantante o un atleta famoso. Era un tipo que compartía su conocimiento sobre crianza de perros, así como lo hace Yuya sobre su conocimiento en belleza, personas comunes que hoy en día han alcanzado mucha fama y una comunidad que confiará en lo que ellos recomiendan.
El 2017 fue el año de los Influencer, este año no será la excepción. Pero, ¿cuántos de ellos son realmente influencers? No dudo que Cesar Millan lo sea, se ganó una reputación a lo largo del tiempo. Sin embargo, ahora es muy fácil conseguir una comunidad de 10k con una tarjeta de crédito.
Así lo demostró la agencia española H2H (Human to Human) al llevar a cabo el Proyecto Sirena, en dónde creaban una influencer por tan solo 500 euros. Compraron seguidores, comentarios, likes y así lograron crear a @Almu_Ripamonti una chica con muchos seguidores (logró pasar los 10K) a la que las marcas le empezaron a regalar ropa, viajes, comida por solo aparecer en una historia de 14 segundos. Una historia que lo verían “bots” y que no les generaría ganancia alguna.
De esa manera las marcas fueron víctimas de una estafa.
Como @Almu_Ripamonti, existen centenares de cuentas. Pero las marcas se ven obligadas a usar influencers porque los consumidores ya no creen en la publicidad, creen en la recomendación de otro consumidor. Entonces, ¿cómo pueden evitar las marcas ser víctimas de estafa?
Existen herramientas en internet que puede ayudar a la marcas a desenmascarar un influencer falso. Con solo poner el “handle” en estos buscadores el programa nos da toda la información que se necesita para saber si sus seguidores fueron ganados de forma orgánica o si fueron una compra. Las mismas redes hicieron una limpieza de cuentas fantasma, Instagram, por ejemplo, realizó una limpieza y algunos “celebrities” perdieron millones de seguidores de la noche a la mañana. Kim Kardashian perdió alrededor de 1.3 millones de seguidores, Ariana Grande 1.5 millones y Justin Bieber hasta 3.5 millones.
Pero no todo es malo, existen influencers en los que las marcas si pueden invertir sabiendo que habrá un retorno en ganancia para ellos. Solo se debe investigar cuidadosamente antes de hacer un contrato con alguno y no dejarse llevar por los números, sino por la calidad de contenido y la interacción que tienen con su comunidad.
Ya está demostrado que el marketing con influencers es la forma de publicidad más efectiva, ya que logran humanizar la marca y generan así una conexión con sus consumidores.
Daniela Ochoa
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