¿Te imaginas que te paguen por ir en bici a trabajar?; ¿No?, pues es real… pero en Francia. Las empresas pagan 0,25 euros por kilómetro a los empleados que van en bici, como resultado hay ciudadanos más saludables (teniendo en cuenta que a la mayoría les gustó tanto la bici que la empezaron a usar para hacer sus comprar y andar en su tiempo libre) y bueno además se logra una ciudad libre de congestionamiento y se reduce la generación de CO2 en el ambiente.
Acá en Perú nadie nos paga, pero hay quienes le apostamos a la bici como medio de transporte y se puede ver como el número va incrementando. Por eso nace la pregunta ¿por qué más personas apuestan por viajar en bici? pueden existir diversas razones, pero creo que la principal sería el ahorro de tiempo y comodidad, ya no vas aplastado en un bus y evitas el tráfico. Otra razón, como resultado de la primera, sería el poder hacer ejercicio diario. Está comprobado que manejar bicicleta es un excelente ejercicio cardiovascular que fortalece nuestro corazón y además nuestros músculos.
Otro factor importante sería el sentido de libertad y de manejo propio, de sentirse humano y humilde, ya que nos devuelve a nuestro estado de fragilidad que muchos han perdido al creerse inmortales y capaces de pasar por encima de todos con sus vehículos.
Manejar bici nos permite estar atentos a nuestro entorno, a las personas, la naturaleza y logra estimular nuestra mente y cambiar nuestro estado de ánimo. Al pedalear generamos edorficletas (endorfinas), lo cual nos permite ser más creativos o encontrar soluciones a problemas.
Y decir;“no tengo bici” no es excusa, en el distrito de San Borja se ha implementado el programa San Borja en bici, el cual presta bicicletas, por el momento, a los vecinos del distrito para que lo usen en los alrededores. Esta es una excelente iniciativa que ya se está replicando en el distrito de Surquillo. Actualmente países como España, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y otros más tiene un servicio de bicis públicas con hasta 3 mil bicis a disposición de los usuarios en aproximadamente 300 estaciones.
En nuestra ciudad cada vez son más las personas que apuestan por las bicis, por un nuevo estilo de vida en donde “la cultura del motor” ya no condiciona su vida diaria. Esto nos habla también de un comportamiento más humano, de querer sentirse vivos y salir de lo establecido.
Cada vez se crean más grupos de ciclistas que luchan por mejorar las condiciones de las vías para que el transporte en bici se vuelva más seguro y es una tarea extremadamente difícil pero no imposible. Podría ser el primer paso para conseguir una ciudad amable y humana.
Como dice nuestro querido Pedrito Suárez-Vértiz: “Yo solo quiero amor…y pasear en bicicleta”.<
Fuente: Al trabajo en bici
Daniela Ochoa
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