Cuantos de nosotros hemos caminado a través de paredes llenas de grafittis que no llegamos a comprender, algunos podrían decir que se tratan de garabatos ilegibles. Lo cierto es que muchas veces se tratan de firmas de grafiteros o palabras elegidas al azar que no llegan a transmitir un mensaje en concreto.
Ante estos trazos ilegibles, el artista francés Mathieu Tremblin ha logrado llamar la atención en las calles, ya que fue atrás de estos tags de los graffiteros y les dio un aspecto legible. De esta manera podemos llegar a entender que es lo que quieren decir.
El trabajo de este artista consiste en traducir cada uno de los tags que se encuentran en la ciudad, pintando sobre ellas y volviéndolas a escribir de manera que se puede leer sin problemas. Las paredes se volvieron “Nube de tags” (el nombre de su obra).
Los tags se refieren a las firmas que pintan los artistas, son bastantes simples generalmente de un solo color. Los artistas escriben sus apodos o alias, al ser muy rápidos de hacer tienden a existir bastantes, cuando en pared está llena de tags se le conoce como bombing. Se usa principalmente para ganar fama. Los primeros tags fueron realizados en los metros New York a principios de los años 70. Los artistas más conocidos fueron Lee 163, Super kool, Phase 2.
Pero los tags son solo una mínima parte de toda la cultura de los graffitis. Ya que este se trata de un arte público, el cual refleja una identidad social y una manera propia de ver el mundo. Al parte de lo urbano, toma un sentido de presencia y representación, toma una voz propia frente a los reclamos de la sociedad. Es arte con un sentido estético que busca transmitir mensajes de unión, de protesta. A lo largo de los años se ha visto como este arte callejero fue evolucionando hasta crear grandes piezas como las de Bansky, cargadas de un mensaje muy poderoso sobre el ser humano y su materialismo.
Visto de esta manera el grafitti deja de ser solo trazos para convertirse en una muestra de irreverencia en todos los sentidos desde sociales, culturales hasta políticos. El fin era revelar esos aspectos que la propia sociedad creía ocultas, hacerlas notar a través de lienzos de concreto.
Actualmente el grafitti ha empezado a ser aceptado como artes, incluso marca un referente a nivel artístico. El tipo de sus letras, los colores y su morfología además de toda la imagen irreverente han servido de inspiración para diseñadores de modas, artistas. Está presente en el diseño de zapatillas, accesorios. También han estado en galerías de arte, dejando de lado los muros de un subte y haciéndose presente en un medio más exigente.
Desde este punto se puede decir que uno de los responsables de seducir con el graffiti a los medios fue Keith Harring, quien lanza Pop Shop, una tienda en donde vendía camisetas y otros objetos son su arte. En su momento esta iniciativa no fue de agrado de otros artistas. Sin embargo hoy en día ha ganado bastantes adeptos. Se puede decir que en poco tiempo este arte ha pasado de la oscuridad a la luz.
Regresando al proyecto “Nube de tags”, este es solo una muestra más de lo que los graffitis pueden llegar a inspirar y un paso para entender esta cultura. Los tags son un idioma propio que define la importancia de los artistas en la calle. Si bien se podría decir que Mathieu Tremblin hace todo esto por molestar, la verdad es que estos nombres y palabras se parece bastante a la nube de tags de una página web, en la cual se puede saber de qué se está hablando en la calle y a quien es al que más escuchan.
Tremblin explica su proyecto de la siguiente manera: “El principio de Nube de Tags es cambiar la ubicua caligrafía graffiti por unas traducciones legibles, al estilo de las nubes de palabras que pueden encontrarse en internet. Así se muestra la analogía entre un tag físico y uno virtual, tanto en forma (las composiciones de tags en un muro tienen el mismo aspecto que las nubes de tags) como en substancia (las palabras clave son marcadores de la navegación en Internet como los graffiti son marcadores de corrientes urbanas)”.
De esta manera se puede decir que las manifestaciones de arte van creciendo y tomando nuevas formas. Una nueva visión se hace presente, una que desea conocer y entender lo que siempre ha formado parte de su entorno.
Daniela Ochoa
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